Zurdito, y liberal

Es bastante común en la Argentina que se califique de "zurdito" a la gente que simpatiza con alguno de los 268 partidos de izquierda, los piqueteros, el colorido grupo Quebracho, una parte importante del peronismo, los asambleístas de Gualeguaychú, las Madres de Plaza de Mayo, Tango Feroz, las pelis de Pino Solanas y los discos de Silvio Rodríguez y que, obviamente, banca a morir a Chávez, Evo Morales y Rafael Correa y guarda en su ropero al menos una remera con la imagen impresa del Che Guevara.

El "facho" es otra cosa. Usa bigote, alpargatas de carpincho, camisa rosa y pone su mejor cara de escepticismo cuando le dicen que la última dictadura militar se fumó a 30.000 compatriotas ("¿Tienen que usar esa palabra?"), quiere orden y mano dura, libre comercio, un Estado chico y eficiente que se deje de joder con los subsidios y la distribución del ingreso y los mercados, un Mc Donald's en todas las esquinas, y muchas cosas "made in..." porque desconfía de lo argento (si, argento, no argentino), salvo, claro, cuando crece de la tierra o es cool, como los alfajores Havanna.

Por suerte estos coloridos extremos surgidos de la apasionante y efervescente idiosincracia local tienen excepciones. ¿Quieren pruebas? Soy argentino, zurdito y liberal, según el test de The Political Compass que acabo de hacer. Comparto cuadrante con Ghandi, Nelson Mandela y el Dalai Lama y estoy en la vereda de enfrente de nenes de la talla de George W. Bush, Adolf Hitler o Margaret Tatcher.



PD: todos los que me conocen coinciden en que a mi derecha está la pared.