El gobierno nacional confirmó hace un ratito que el boleto del bondi pasará a costar $ 0,90 a partir del 1 de enero próximo; el del tren, $ 0,65, y el del subte, $ 0,90. O sea: sube entre un 20 y un 28,5 por ciento la tarifa del transporte urbano de pasajeros del área metropolitana, algo así como el último paraíso tarifario de la Argentina.
"Se terminan siete años de tarifas congeladas", dijeron en la secretaría de Transporte, según la crónica de LaNacion.com. Toda una frase. Es el puntapié inicial del gran ajuste K, que comenzó con el aumento de la presión tributaria vía retenciones, y seguirá con el aumento del gas y la electricidad para los hogares, entre otros, de la zona más poblada del país y donde CFK cosechó el menor porcentaje de adhesión.
El kirchnerismo, parece, comienza a sincerar el terreno...
martes, 4 de diciembre de 2007
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