El gran operador de los K durante los últimos (casi) seis años dio un paso al costado. Fiel a su estilo, lo hizo con una operación para llevarse puesto a Moreno y Jaime y forzar los retoques por los que presionó en las sombras desde hace varios meses.
Después de leer varias notas (recomiendo la de Diego Schurman, de Crítica, y la Walter Curia, de Clarín) hay dos ideas en la que coinciden casi todos los medios: AF no estaba de acuerdo con muchas iniciativas emblemáticas de la gestión K, y Néstor y Cristina le daban cada vez menos bola. La única conclusión posible es que todavía no hemos visto al kirchnerismo en su máxima expresión. ¿Da escalofríos, no?
jueves, 24 de julio de 2008
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