La inflación está en la cresta de la ola y todos, al parecer, tienen algo para decir. Desde aquí me permito hacer una llamado a la cordura con un dato: hay superávit fiscal, o lo que es lo mismo, todavía no están las cosas para que haya una hiper ochentista, pero si para que aquello que los analistas cool llaman "la performance" de la economía empeore, y mucho (pasamos a crecer el 4-5%, con una inflación del 20-30%).
Pero calma compañeros. Para quitarnos ese pensamiento de la cabeza, la vorágine de obedientes alcahuetes de las huestes K nos llenaron los oídos con declaraciones que abundan de tranquilidad y que acusan a la maquinaria neoliberal -que existe- de inflar el tema. Entre las declaraciones de Fernández, industriales, gobernadores y legisladores, se cuela la receta del gobernador sanjuanino, don José Luis Gioja para escapar a la descarada suba de precios:
"En mi casa hace como un mes y medio que no consumo ni tomates ni papas. Simplemente no me hacen falta y no voy a pagar el precio al que están. El tomate en salsa que viene en botellas cuesta apenas el 10 por ciento de lo que vale el tomate natural".
Genial
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