sábado, 22 de noviembre de 2008

La culpa no es del chancho

Entre el debut de Maradona en la selección, la toma de la Villa 31, el Cha-Cha-Cha-tour de Cristina por África y el televisado suicidio del Malevo Ferreyra por Crónica TV, la mayor confiscación de la historia argentina a los trabajadores se materializó silenciosamente esta semana. Una pena.

Merecía mucho más ruido que el conflicto con el campo, pero no lo tuvo. Merecía un debate más extendido -y menos ideologizado- entre los actores del sistema, y tampoco lo tuvo. Hubo un mensaje claro del Gobierno: las AFJP son una timba concentrada en pocas manos, roban con las comisiones y formaron parte del fatídico "experimento" de los '90. El otro mensaje, desparramado en la prensa, la oposición y las voces en off del sistema financiero buscaba poner el foco en "la caja": el Gobierno necesita plata, el Gobierno quiere plata, y esto era lo que más a mano tenía.

La verdad está en el medio, aunque conociendo a este Gobierno me resulta bastante claro que está más cerca del argumento de la City. Pero la City no es inocente. Buscaron a través de la obsecuencia la bendición oficial durante cinco años, callando o derrochando palabras dulces para los oídos kirchneristas. ¿Por qué no dijeron nada de la manipulación del Indec? ¿Por qué no criticaron la ausencia de una política financiera sólida, razonable? ¿Por qué no gritaron a los cuatro vientos que usar la chequera para comprar favores políticos podía ser nocivo para el país? ¿Por qué no defendieron los intereses de sus clientes, y no los del clientelismo?

Y, quizás, el más importante de todos los interrogantes: ¿Por qué no presionaron para diseñar un sistema intachable? Porque incluso los mismos ejecutivos de las administradoras bajan ahora la cabeza y dicen que el sistema es "perfectible". ¿Ahora es perfectible?

Se dejaron joder. Nos jodieron a nosotros. Ahora, jodánse.


PD: cada día estoy un poquito más convencido de esa idea que dice que el problema en realidad no son los peronistas. Los peronistas, como dijo Borges, son incorregibles. El problema está en la ausencia de ideas, personalidades y estilos atrapantes fuera del peronismo. Ahí donde se agacha la cabeza y gana el chancho.

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