lunes, 18 de mayo de 2009

El modelo

Entiendo que el oficialismo intente centrar el debate electoral en "el modelo". Lo que no termino de entender es por qué la oposición entra, a veces, en esa discusión.

El recuerdo a las lacras que dejó la década del '90 y, a su vez, su contraste con el exitoso desempeño de la economía en el período 2003-2008, es por lejos el mejor discurso electoral que puede plantear el oficialismo. Hay una larga lista de datos que sirven para apuntalar la boleta K: crecimiento económico, superávit fiscal, pago al FMI, exportaciones, aumentos a los jubilados, aumentos salariales, mejora del poder de compra... Se podría seguir

La oposición entra en esta pelea también con una larga lista de datos: la distribución del ingreso mejoró cosméticamente, la pobreza aumenta por la inflación, la economía se paró, la fuga de capitales es mayor a la de la caída de la convertibilidad, la deuda crece a pesar del superávit fiscal, metieron mano a la plata de las AFJP.... Se podría seguir

Pero esta discusión deja de lado muchas otras que al oficialismo no le convienen, y que, por ende, la oposición podría capitalizar. Temas que no necesariamente hacen al debate ideológico de sordos en el que muchas veces caemos los argentinos, sino, lisa y llanamente, al sentido común: transparencia de la información pública, división de poderes, independencia de la Justicia, mejora del federalismo fiscal, y, sobre todo, eliminación de la corrupción. O sea: limpiar el Indec, el Consejo de la Magistratura, los organismos de control del Estado, elaborar una nueva Ley de Coparticipación Federal, mejorar y transparentar los mecanismos de adjudicación del gasto público. O sea: tener un gobierno prolijo.

La mención de estos temas es tangencial. Alguien lo menciona..., alguien pregunta..., y ahi nomás, cuando parece que va a venir una propuesta interesante, se empieza a hablar del modelo, de los '90, de las candidaturas testimoniales, el rol de los jueces en la campaña... Se podría seguir

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