Ganaron

Era cantado. Vieja zorra política, Cristina se quedó con la última palabra y, sin decirlo abiertamente, anunció que ganaron la elección. El Frente para la Victoria obtuvo la mayor cantidad de votos cuando se cuentan todos los votos. CFK se acordó ayer de que la Argentina no termina en el conurbano. Los contó a todos y llegó al número mágico: 29,56% para el FPV, por delante del ACyS, que obtuvo el 29%, y el Pro, con el 18,5% de los sufragios. ¿Qué festejás Mauricio, si saliste tercero? ¡¡¡¿Qué te pasha Claríííín?!!!

Era cantado. Defendió al IndeK y criticó a los medios por no decir que Macri perdió votos en la Capital, igual que ellos perdieron en Buenos Aires. Y al igual que su marido se mostró mansa, calma, reflexiva, institucionalista e intelectual (a Néstor esto no le sale) al afirmar que no intentaba "minimizar" la derrota y felicitar a todos los triunfadores. Hasta se dio el lujo de contar intimidades y retar a un periodista y a Sergio Massa ("debería saber la cotización del real").

Esto no era tan cantado: van por Pino. Aunque no lo dijo abiertamente, para mi lo dejó bastante clarito cuando se deshizo en elogios para el cineaste, dijo que coinciden salvo en que él quiere "más profundización del cambio", o sea, mas kirchnerismo, y además adelantó que iban a buscar nuevos aliados para el Congreso.

Era cantado. No va a haber cambios en el gabinete. Ya pagó Néstor, en un gesto cívico e inesperado que lo realza frente a la opinión pública (¿ven qué no es tan malo?). Pero queda todo ahí. Los K no van a entregar a nadie, y menos si eso sugiere un derrota. Más aun, la Presidenta dijo que no había razón para hacer cambios de gabinete. ¡Si salieron primeros! Genial.

Era cantado. No había que dar a nadie por muerto y menos al matrimonio.

Pero creo que poco de los gestos que hemos visto en las últimas horas no muestran la esencia de los K. Aunque lo hacen dudar a uno. Aparecen tan contenidos, tan racionales, tan buenos y ecuanimes, felicitando adversarios, intelectualizando fenómenos, desdramatizando. Y es raro. Uno los recuerda ladrando desde el atril, y los quiere ahí, pegándole "al de la corneta", a Clarín, a los neoliberales y a los '90. Pero no, ahora las juegan de buenitos. Y no les creo. Quizás me equivoque. Pero me parece que no.