El fin del ajuste de precios relativos

Abandono la sala de cine donde vi Beowulf, la leyenda (Robert se fumó un par antes de escribir el guión y dirigirla...) y como los M&M que consumimos con mi novia junto a la Coca "agrandada por 75 centavos" no satisfizo la inquietud de mi estomágo, recurrí al carrito panchero de mala muerte de la esquina de casa. Reproduzco el diálogo:

-¿Me das un pancho completo?
-Tres pesos
-¿Tres pesos? ¡¿En serio?!
-Sí, tres pesos. ¿Con qué condimentos los queres?
-Mayonesa y mostaza.
-¿Le pongo papas?
-Mmmm, y bueno..., dale.

¡Tres pesos un pancho pedorro! ¿Se acuerdan cuando costaba un peso? Yo sí, no fue hace tanto. Aumentó un 200% contra un 216% del dólar. En fin, me parece que la próxima vez que escuche a Martín Redrado hablar del acomodamiento de precios relativos como una de las causas de la inflación le voy a aconsejar que se acerque a una panchería. No lo veo a Redrado, a su nudo doble y a su jopo en uno de esos garitos, pero a mi que no me vengan con el cuento. ¡Se terminó una era!