viernes, 17 de abril de 2009

No aclares que oscurece

Uno de los pocos funcionarios valiosos que tenía la constelación kirchnerista era Santiago Montoya. Y me refiero a la constelación kirchnerista porque en las últimas horas el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, a dado varias muestras de kirchnerismo puro (que no es lo mismo que ser kirchnerista).

Polémico, odiado al principio, respetado al final, Montoya se tomó siempre muy en serio su trabajo de recaudador. Puso siempre la cara en los particulares operativos que él y su equipo diseñaron para recaudar y cambiar la cultura tributaria en un país acostumbrado a evadir. Persiguió a todos, pero sobre todos a los más ricos, y nunca tuvo problemas en pasarse horas hablando con uno o varios periodistas para evangelizar sus medidas. Era, en definitiva, un funcionario serio.

Ironías del destino, Scioli expulsó al hombre encargado de conseguirle recursos para conseguir recursos. Así de simple. Y hoy, intentando mostrar una independencia cuasi-inexistente, dijo: "Yo soy responsable de armar mi gobierno y prueba de ello es que si se repasa todo lo que es el armado de mi gobierno, se van a dar cuenta con toda claridad que tiene absolutamente mi impronta".

Lo malo del dinero (y del poder) es que a veces te lleva a hacer cosas que no queres hacer.

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