domingo, 12 de abril de 2009

Prat-mático

Fachero, inteligente, sereno y... pragmático. Alfonso Prat-Gay no es un economista más. Educado en la Argentina e Inglaterra, laburo para JP Morgan, presidió el Banco Central y armó una fundación dedicada al microcrédito, el instrumento más inteligente diseñado por el hombre (concretamente, por Muhammad Yunus) para combatir la pobreza. Un mix de yuppie, funcionario público y dirigente social.

Prat-Gay dejó varias definiciones interesantes en una entrevista con el suplemento Enfoques de La Nacion. Como economista, rescato su crítica a lo que el llama la "academia económica": haber dejado de lado al hombre. Adam Smith, Karl Marx, John Maynard Keynes, Robert Lucas y John Nash marcaron, a mi humilde entender, los cambios más profundos y globales en la teoría económica. Y por ende, en la humanidad. Dos eran filósofos, dos economistas y uno matemático. Y todos tuvieron algo en común: armaron su visión de la economía a partir de una visión del hombre, de una interpretación acerca de cómo el hombre utilizaría su libertad al ser enfrentado a una decisión. Eso, dice Prat-Gay, perdió la "academia".

La otra definición que vale la pena destacar es sobre la Argentina. Llega de rebote, cuando dice por qué se unió a Carrió. "Lilita me capturó por sus valores y, además, el análisis de la ideología es bastante menos vigente en un país como el nuestro, en el que la cosa pasa más por lo moral", apunta. Tiene razón: acá el problema real va más allá de viejas antinomias como campo-industria, estado-empresa, crecimiento-estabilidad, trabajadores-empresarios. Punto para Alfonso.

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