martes, 25 de septiembre de 2007

Pandemónium

Las mentiras tienen patas cortas. Y si esto se aplica para la vida en general, ¿por qué no para las estadísticas? El título de este post se refiere a un "lugar en que hay mucho ruido y confusión", una definición bastante acertada a la Argentina, donde cada vez es más díficil encontrar un dato oficial creíble sobre la realidad.
Por suerte, existen aún algunos nichos de resistencia, allá en Cuyo, donde aún existen: LaNacion.com devela hoy que el Indec truchó el dato de la inflación en Mendoza. Da, además, los dos informes, el original (que da cuenta de una inflación de 3,1% en agosto en esa provincia) y el que difundió el organismo (suba recortada al 1,5%).
¿Un poco burdo, no?

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Sobre el gen argentino

Soy fanático de El Gen Argentino. Es como una suerte de Gran Hermano, pero culto: hay una elección, panelistas, invitados especiales y protagonistas, pero todos dicen cosas (hay que decirlo) un tantillo más interesantes que las que pueden escucharse en "la casa" o sus alrededores. Hablan de historias fantásticas de personajes gloriosos, muestran curiosidades, números, nos llevan al pasado, nos traen de vuelta..., genial.

Hay tres finalistas: el Che Guevara, San Martín y Fangio. Dejaron en el camino a Evita, Belgrano y Maradona (si, si, el Chueco dejó segundo al Pelusa). ¿Qué tienen en común los tres finalistas? Me agarro de una idea de María Seoane: el deber ser. Creo que a todos nos gustaría ser como ellos, pero que en realidad somos un poco más como los que quedaron relegados, un poco más erráticos, perfectibles más que perfectos. Y de otra inevitablemente económica: los tres son exportadores, esparcieron el gen argentino y brillaron fronteras afuera del país.

Por esto apuesto a que el quinteto lo completan Borges y Fontanarrosa, aunque, de vuelta, Favaloro y el Negro Olmedo se parecen un poco más a lo que somos, ¿no?

viernes, 14 de septiembre de 2007

Cuando ámbito suma

Me alegró la mañana: ámbito financiero realizó un jugosísimo rejunte de frases se escucharon los últimos días en el país y en el exterior.

Bajo el título "Manual de zonceras y sandeces", se las ingenia para agrupar en una página a Graciela Alfano, Marcelo Tinelli, Hugo Moyano, el presidente francés, Nicolas Sarkozy y el Papa Benedicto XVI. ámbito es su más pura esencia. La mejor de todas:

"Si la Argentina no va a creer en el jurado de Bailando por un sueño, ¿en qué va a creer?". Graciela Alfano.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

¿Lo cumplirá?

Pablo Wende sonríe. Ayer el Ministerio de Economía ventiló los primeros lineamientos del presupuesto que armaron para el primer año de gestión de Cristina. Las variables clave (inflación, crecimiento, recaudación) están subestimadas, y en medio del dibujo se confirma un dato: el aumento previsto del gasto primario —esto es, antes del pago de los intereses de la deuda—, es 15%, un punto menos que la mejora estimada de los ingresos (16%).

Algo similar pasó con el proyecto presentado en 2006. Este año el gasto crece al 50%. Cristina, al igual que su marido, tendrá un excente para gastar a gusto (no hablamos sólo de shopping, claro), pero el punto a seguir es en qué medida incumplirá con la pauta de la devaluada ley de leyes. Un dato: si no se desvía demasiado podrá alcanzar con el superávit de 4 puntos que, según sugirió Néstor, quiere para su gestión.

jueves, 6 de septiembre de 2007

El ajuste K

Las dudas son parte del pasado. La primera señal concreta sobre una meta crucial del gobierno de Cristina la dio hoy su marido: buscará un superávit fiscal de, al menos, un 4%. Todos los economistas, heterodoxos, ortodoxos y nodoxos, coincidían en la necesidad de elevar el ahorro público.

El cómo todavía es una incógnita, pero todo indica que habrá un ajuste. Si señores, vuelve esa mala palabra que recuerda tanto a épocas defenestradas los últimos, aunque con claras diferencias.

En vez de bajar el gasto público, crecerá menos. Musgrave levanta a Wende y tira que el presupuesto contemplará una suba del 15%, contra el 50% actual. Si, si, el presupuesto es un dibujo y con los superpoderes no sirve de mucho, pero si esto se cumple igual aporta otra señal: el gasto va a crecer menos.

El tan promocionado "acuerdo social" muestra la otra hebillas del cinturón: Cris no quiere subas salariales como las que bendijo su marido. De allí la necesidad de sentar a trabajadores y empresarios para ungir un porcentaje que más o menos permita bajar la inflación.

El tercer punto es cantado: el tramo final de la normalización de los contratos de servicios públicos comenzará a transitarse el año próximo. Más tarifas implica menos subsidios. Así de simple.

¿Llegará Cris al 4% con estas medidas? Habrá que esperar. Pero la gran pregunta, la que más me moviliza, porque fogonea el debate sobre los 90, requiere miles de cálculos, mucha evidencia empírica y, sobre todo, mucho juego que no se sabe si terminará en una suma cero, es otra: ¿Sumará el ajuste a que todos estemos un poco mejor?

martes, 4 de septiembre de 2007

Glosario K

Entre las palabras que se sumaron al amplísimo e innovador diccionario económico argentino en el último tiempo, una parece ser la predilecta del paladar oficial: articular.

La primera imagen que viene a mi mente cada vez que la escucho es mi sobrino de tres años intentando, pese a todas las limitaciones que su edad le impone y con una voluntad admirable, armar una figura que tenga sentido para el mundo adulto con sus rasti.

Pero como el Estado es un ente un tanto más complejo, y Cristina hoy la usó para reflejar cuál va a ser una de sus objetivos durante su próxima presidencia, recurro a la Real Academia Española para que me aporte algo de sabiduría. Encuentro seis definiciones de las cuales dos sirven a los fines de este post. Me quedó con la segunda: "organizar diversos elementos para lograr un conjunto coherente y eficaz".

Pregunto: ¿suma "articular"? Se han escrito libros para responder a esta pregunta, y cómo no quiero dormir a nadie, simplifico con dos ejemplos: gracias al programa de incentivos fiscales a la inversión, Aluar va a producir un 50% más y va a exportar más después de desembolsar unos 2500 palos; gracias a Moreno...., bueh..., ¿hace falta más?

lunes, 3 de septiembre de 2007

Lucidez

—¿Qué cree que pensaría Perón de Néstor Kirchner?

—Si Perón hubiera visto a Menem en su momento habría dicho que estaba bien y si lo viera ahora a Kirchner, también habría dicho que estaba bien.

Un par de pistas para saber de quién es la frase: tiene más de 80 años y después de Illia e Hirigoyen es el ex presidente radical que mejor parado quedó en el inconsciente colectivo. ¿Hace falta más? Si todavía no lo sacaron, la respuesta está acá.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Es la información, estúpido

Propongo un juego. Dos jugadores. Uno, el gobierno. El otro, todos nosotros.

Juega el gobierno: manipula la inflación, engorda el superávit fiscal con la reforma previsional creando un "efecto riqueza" temporal y modifica los informes del Indec sobre la industria y los servicios públicos para maquillar la crisis energética y dar una sensación de crecimiento ilusoria.

Jugamos nosotros: si le creemos al gobierno, pensamos que está todo bárbaro, votamos a Cristina, consumimos, nos endeudamos, volvemos a consumir, y sigue el baile. Si dudamos de los datos, resulta lógico pensar que dudamos también de la salud del modelo K. El auto y la casa -para los que pueden-, quedan para un futuro incierto. Vamos con el consumo chiquito, el que banca el sueldo, porque "esto hay que aprovecharlo mientras dure". Ropa, ocio, notebook, plasma, DVD. Cuotas fijas en pesos y todo bien.

En cualquiera de los dos escenarios, tomando como algo dado el impulso de los aumentos salariales, el fogoneo del crédito y de medidas oficiales -modificación de ganancias, subas en las jubilaciones y cambios en las asignaciones familiares-, y sin complicar el análisis con lo que puede ocurrir con otras variables, la manipulación de la información incentiva el gasto.

Pero el engaño oficial, sobre todo en la era de la información, no es sustentable. En otras palabras: el gobierno puede seguir retocando números cada vez que juegue (lease, cada vez que difunde una estadística oficial), pero en algún momento va a tener que cambiar la estrategia y sincerar las cifras reales. ¿Cuál va a ser nuestra jugada cuando eso pase? Hay que esperar a que el Gobierno haga su movida, pero huelo un "efecto pobreza" en el horizonte....