martes, 24 de febrero de 2009

De paseo por D.C.


Si en un tema tengo una posición firme e inclaudicable, es en la intervención del Indec. Fue una maniobra grosera, inútil, incosistente e irresponsable. Un verdadero crimen K.

Pero no sólo el país perdió información, un organismo valioso y respetado, prfesionales serios y prestigio por plata que a la larga va a terminar pagando. También se distorsionó un poco más la noción de qué es torelable y qué no.

Para colmo, uno tiene que soportar como se puede que los tres mosqueteros del crimen (Norberto Itzcovich, Ana María Edwin y Beatriz Paglieri) vayan a representar al país a Washington, donde los recibió y acompañó Héctor Timmerman, hijo de un gran periodista. ¿Qué diría Jacobo del cinismo que desplegó su hijo ayer al defender el IndeK?

1 comentario:

jorge schussheim dijo...

Y que se supone que haga el embajador? Lo mismo que el vicepresidente?